Se muere para ser comido
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Por Marcelo Padilla
40 grados de fiebre
ya no hay cables de teléfonos espiralados para ahorcar muñecos de goma
será que los libros
ya no vienen con hojas
y la cosa pasa por leer las tapas y contra tapas
digital es la noche
digital el amor
digital el sentido y la dirección de los camiones que van hacia la fábrica Acindar en Rosario
de madrugada
a cargar desperdicios de acero
es el plástico es el cobre es el plomo y no
el hierro
ladran los perros
hasta ahora
la arena es de verdad por momentos
el agua del mar es mar por el hedor
vacío la casa de goma aterciopelada para manguerear y sacarle tierra
queda
de barro
endurecido al sol de los lunes de enero
a todo quema
como una protesta salarial en una paritaria frente al mundo
negocia la mesa
sus platos de comida para la repartija
que alcance para los que viven en la casa de goma y para los invitados
austera la jornada en los arrabales es más el ritual que el contenido
el alimento ya no son los nutrientes que reposan en los platos
es
el ritual de la mesa tendida
negociada en paritaria con el mundo terco
rengo
manco
pirata
asco da
la codicia y esa ostentación de los éxitos
la inversión es al revés
se muere para ser comido.